Tren del día, detenido
frente al cardo de la vía.
-Cantinera, niña mía,
se me queda el corazón
en tu vaso de agua fría.
Tren de noche, detenido
-Pescador, barquero mío,
se me queda el corazón
en tu barco negro y frío.
CON ÉL
Zarparé, al alba, del puerto,
hacia Palos de Moguer,
sobre una barca sin remos.
De noche, solo, ¡a la mar,
y con el viento y contigo!
Con tu barba negra tú,
yo barbilampiño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario